Si estás pensando en invertir en un negocio de este tipo, debes saber qué es el canon de entrada de una franquicia. Se trata del importe inicial que el franquiciador cobra a un franquiciado en el momento en que comienza a utilizar su marca y empieza su actividad con este modelo de negocio. Generalmente este derecho de entrada de una franquicia se abona coincidiendo con la firma del contrato. Sin embargo, existen franquiciadores que permiten su cobro de manera fraccionada, así que deberás informarte antes de las modalidades de pago y amortización del canon al que debes hacer frente.
Derecho de entrada o canon de entrada de una franquicia
El canon de entrada de una franquicia engloba mucho más que el uso de una marca, ya que refleja el acceso que vas a tener como franquiciador al know-how, a la formación sobre un modelo de negocio que ha sido probado previamente, entre otros servicios.
Con el pago del canon, el franquiciador está obligado a traspasar el conocimiento de su negocio al franquiciado. Así, además de la formación inicial, el nuevo emprendedor o inversor tendrá acceso a manuales operativos y documentación esencial para el buen funcionamiento de la empresa.
Dependiendo de la franquicia, el canon puede incluir además algunas cuestiones como un stock inicial de producto, o bien, partidas para rotulación, mobiliario, equipos informáticos, etc.
El canon de entrada de una franquicia depende de muchas variables: sector de actividad, el tipo de negocio, la zona… La media del canon en la mayoría de las franquicias se sitúa en 10.000 y 15.000 euros, pudiendo llegar a cifras que rondan los 200.000 euros.
Otras obligaciones financieras habituales en franquicia
A la hora de considerar la inversión inicial en una franquicia es indispensable tener en cuenta el derecho de entrada que, como decimos, suele abonarse a la firma del contrato, pero también existen otra serie de pagos a los que el franquiciado debe hacer frente. Muchos de ellos no se realizan solo al comienzo, sino que continúan a lo largo de la vigencia de la franquicia, son los royalties.
También conocidas como regalías, son el importe que tiene que pagar el franquiciado al franquiciador de forma mensual, trimestral o anual por los servicios que le presta de manera continuada.
Generalmente los royalties en una franquicia oscilan entre el 1% y el 10% de la facturación del franquiciado, situándose más frecuentemente entre el 3% y el 5% de las ventas del negocio.
En definitiva, dentro de las características de una franquicia debemos tener muy en cuenta términos como el canon de entrada y los royalties, que aparecen en el contrato de franquicia.
Si estás interesado en franquicias de supermercado, contacta con nosotros. Estaremos encantados de informarte sobre las condiciones que existen en el sector referentes al canon de entrada y otros pagos a los que deberás hacer frente, así como las oportunidades que tienes a tu disposición a la hora de comenzar con tu propio negocio con el respaldo de una marca como Dia.